Los pobladores de la ciudad de Misantla son personas emotivas y entusiastas; dispuestas en todo momento a participar en cualquier actividad que se les invite. La emoción con que participan es digna de reconocimiento. Ese carisma que les caracteriza es un don natural que tienen y transmite alegría a las personas con las que platican. De igual forma, para ellos, servir es una distinción que les inclina a ponerse al lado de quien requiera apoyo; se apartan de todo egocentrismo personal para crear una organización colectiva, así como en los viejos tiempos de la Cultura Totonaca. ¿Es herencia cultural y ancestral la estos habitantes? ¿O es acaso el ambiente natural que los envuelve el que los ha forjado así con las frescas y alegres brisas del mar que bañan sus rostros cuando estas suben a los florecientes bosques de los inicios de la sierra?
El Comité de Misantecos Voluntarios, ejemplo de lo antes citado, se creó desde hace cinco años con el objeto de realizar el Altar más Grande de la Región del Totonacapan. Los voluntarios que participan en esta actividad se reúnen en la casa del arquitecto Antonio Chacón y Peña y ahí, en el Callejón de los Ídolos*, en ese espacio, se levanta el Altar. Unos llevan las varas de madera, otros los tallos de plátano y los utensilios necesarios para su elaboración. Aquéllos se encargan de dar forma al Altar. Otros llevan la ofrenda. Muchos más elaboran las catrinas y las colocan para su exhibición. Se invita a todas las personas de la ciudad para que coloquen y enciendan una veladora a alguno de sus seres queridos que están en el descanso eterno. Se monta una galería fotográfica de los difuntos que en su vida fueron sobresalientes. Se prepara un programa literario musical para festejar a los muertos y en él participan cantantes de la localidad y se recitan décimas y calaveras. Se hacen talleres de picado de papel y de elaboración de tamales, de chocolate y champurrado. Se organizan mesas redondas con algunos expertos sobre este tema. Se proyectan películas relativas a los muertos, lecturas públicas, cuenta cuentos. Y algunas otras actividades más.
La finalidad de este Comité es mantener viva la tradición sobre la veneración y culto a los muertos; se busca en especial que los niños sigan el amoroso ejemplo de rendir homenajes a los seres queridos que moran en el seno de nuestra madre tierra. Amable y generosa es la participación de los voluntarios misantecos.
*Se llama así porque hay colocadas en ese hermoso lugar, desde hace mucho tiempo, unas piezas arqueológicas de la cultura totonaca.
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