lunes, 19 de abril de 2021

Lecturas a contravuelo

POR MARIO ROSALDO



Entre los libros que nos llevaron a la arquitectura moderna o que diferenciaban en diversos grados el funcionalismo del organicismo y, en algunos casos, la arquitectura historicista de la concebida como adecuada respuesta técnica a su propia época, están sobre todo: Pioneros del diseño moderno de Nikolaus Pevsner, Autobiografía de una idea de Louis H. Sullivan, Espacio, tiempo y arquitectura de Sigfried Giedion, Hacia una arquitectura orgánica y Saber ver la arquitectura de Bruno Zevi, La arquitectura moderna de Gillo Dorfles, Teoría y diseño arquitectónico en la primera era de la máquina de Reyner Banham. En algún momento también consultamos libros, o por lo menos los hojeábamos, como Las siete lámparas de la arquitectura de John Ruskin, La cultura de las ciudades y La ciudad en la historia de Lewis Mumford o La revolución urbana y De lo rural a lo urbano de Henri Lefebvre, Los hijos de Sánchez y Antología de la pobreza de Oscar Lewis, El mundo primitivo y sus transformaciones de Robert Redfield o Idea de la historia de R. G. Collingwood. Algunos de estos libros estaban, o bien en la biblioteca de la escuela, o bien en la Biblioteca Central de la Universidad; o, en última instancia, los comprábamos en las librerías de Xalapa o Ciudad de México. Y entre las revistas que leíamos muy esporádicamente estaban: Calli, Domus, Architectural Record, L'Architecture d'aujourd'hui y otras semejantes. Desde luego que las ideas no quedaron claras desde un principio, tuvo que pasar bastante tiempo para que encontráramos un sentido lógico a esta información a veces tan contradictoria. Algunos libros los leímos superficialmente y no volvimos a ellos, sino hasta más tarde. En cambio, hubo otros que desde entonces leímos con regular frecuencia. Ahora, aquí cabe aclarar a los lectores en general, algo que todo estudiante de arquitectura sabe: la información no nos llegaba únicamente a través de las lecturas, sino también a través de los rápidos y sucintos comentarios de los profesores, dichos durante la presentación del proyecto arquitectónico, que el estudiante debía resolver para ser evaluado, o durante la exposición grupal del resultado parcial o final de lo programado, o, con menos frecuencia, en alguna conferencia ofrecida para reforzar un poco los conocimientos teóricos o prácticos, o hasta en una reunión informal fuera del aula y del taller, y ciertamente a través de las conversaciones con los compañeros acerca de lo que sabían de tal o cual tema porque lo habían leído o porque alguien les había compartido el dato; así nos enterábamos de las publicaciones o de las obras de Christopher Alexander, de Paolo Soleri, de Yona Friedman, de Kenzo Tange, de los metabolistas o de Hassan Fathy.