miércoles, 20 de agosto de 2025

Nuestro Noveno Aniversario

POR MARIO ROSALDO


Gracias a los amigos que nos impulsan a seguir adelante con la publicación de este nuestro blog colectivo y generacional. Gracias en particular a Lázaro Lagunes Acosta por su estupenda acuarela de la Fortaleza San Carlos de Perote y el diseño del cartel que hizo con ella.


No hemos podido cumplir con las metas propuestas, pero continuamos esforzándonos para no darnos por vencidos. Esperemos que en los meses que vienen podamos aumentar el número de colaboraciones. Reciban nuestros saludos cordiales.


LA OPORTUNIDAD DE PENSAR Y ESCRIBIR
ACERCA DE LA ARQUITECTURA

Hace algunos años Michael Speaks daba a conocer sus ideas en torno a la posibilidad de que la arquitectura hiciera caso omiso de toda teoría de diseño y comenzara, si no desde cero, por lo menos desde la libertad para actuar de quien no se somete a los dictados de otros. Y las resumía con el eslogan Después de la Teoría. Mucho antes, Rem Koolhaas había tratado de demostrar que la crítica rayaba en la paranoia cuando de manera tramposa siempre quería tener razón. Y que no hacía falta adoptar teorías extranjeras cuando se contaba con una tradición constructiva propia de amplia y acreditada experiencia. Al final, se desdijo de la tesis más importante que había sostenido entonces. Estas actitudes arbitrarias y de corta duración, por eso mismo provocativas, atraen a muchos adeptos, en especial a aquellos estudiantes de arquitectura que intentan guiarse únicamente por las primeras impresiones y que no están dispuestos —al menos no por un buen tiempo— a ir más allá de la nebulosa que les dejan ellas. Por supuesto que antes que Speaks y Koolhaas han habido muchos otros arquitectos que han querido prescindir de toda teoría arquitectónica. Algunos porque consideran que el oficio del arquitecto es práctico por excelencia, que bastan las ideas que se conforman a las situaciones del momento para resolver de manera muy efectiva cualquier problema constructivo o de proyección. Es decir, que basta la teoría personal que todo arquitecto desarrolla conforme a su experiencia proyectiva y constructiva. Otros porque ven en la teoría una problematización innecesaria de las ideas arquitectónicas y el ejercicio profesional que las respalda, porque les parece que las convierte en simple especulación o incluso en temas de otras disciplinas, las que poco o nada pueden decir de una experiencia constructiva y creadora que no conocen de primera mano.