viernes, 20 de octubre de 2017

Ser y deber ser… arquitecto

POR ALFONSO RODRÍGUEZ PULIDO

Acueducto de Segovia.
Dibujo del autor.

Esta participación puede darse desde varios ángulos o enfoques. Discernir, tanto del ser como del deber ser lo que pudieran enlazar, de hecho sólo así podemos entenderlos como conceptos: la filosofía como inicio de las preguntas esenciales; el estudio del derecho en tanto la estructuración de normas y preceptos posibles de ser sujetos de sanciones; desde la intuición humana desprovista de información especializada. Los intentos de verbalización de estas preguntas y sus posibles respuestas, obligan a establecer argumentos (propios del deber ser) y describir cualidades (propias del ser) para comunicar, a manera de charla informal, algunos aspectos destacables de esta relación que se mueve de manera bidireccional.

Del ser, en tanto concepto indescriptible, totalizador, incluyente de todo; se han dedicado enormes esfuerzos en el intento de comprenderle. Se ha aceptado su imposibilidad de ser descrito o definido (ya que se considera ilimitado), se ha explorado en esta ruta compleja desde la consolidación de la escritura en los griegos (Platón y Aristóteles dedican esfuerzos en este sentido) y se discute o dialoga desde tiempos no documentados de la tradición oral.

En época relativamente reciente, se ha considerado al ser desde la posibilidad de pensar-en-el-propio-ser. La conciencia del pienso luego existo de Descartes, cambia la noción del ser, al ser pensante; a pensar en el ser, al pensarme como ser. La psicología va a tomar la estafeta filosófica de preguntar; en este caso el ser desde la psicología es un ser desde el pensamiento-del-ser, en la personificación del ser para hacer valer su pensamiento como ente, como ser capaz de pensarse a sí mismo. Asunto ontológico.

El deber ser, se establece desde el comportamiento, las acciones, actuaciones, de acuerdo a preceptos o reglas establecidas y acordadas; normadas y difundidas o no difundidas pero integradas a las llamadas leyes naturales. Desde la observación de estas normas o leyes se puede decir que el deber ser se inscribe, en mayor medida, en el ámbito del derecho (observación de leyes y defensa de acciones de individuos en relación a ellas).

Un ejemplo, que describe estas normas o reglas de comportamiento, lo constituyen los mandamientos bíblicos en la cultura Judío-Cristiana. Se establecieron para poner orden y límites al comportamiento de las tribus que constituían las poblaciones de la época. Con estas “normas”, más allá de la teatralidad retratada en su historia, se hizo posible el control y ejercicio del deber ser en los pueblos o tribus Judío-Cristianos: reglas simples pero urgentes. Texto simple de diez puntos esenciales y fáciles de comprender, que de la misma manera permitieron una ágil sanción a su incumplimiento. Implicación de ordenar, de poner orden, a las relaciones entre el ente individual y su actuación social.

En la actualidad la maraña informe de leyes, reglamentos, normas, estatutos, mandatos religiosos variopintos, integrados en ciudades cada vez más cosmopolitas, hacen de mayor complejidad discernir qué es o a qué se refiere en específico el deber ser ciudadano.

Por lo anterior y sin pretender más que establecer unos mínimos acuerdos para discutir, quiero referirme a un acotamiento de la temática: ser y deber ser… arquitecto (a propósito sin mayúscula).

Un arquitecto es antes que nada una persona, un ser capaz de pensar, y su conformación como arquitecto deviene de su decisión y voluntad por ser arquitecto. Atender su propio desarrollo integral como persona, su desarrollo sensible, su desarrollo en la construcción de su estética, de una estética propia, del desarrollo de su pensamiento, del desarrollo de su conciencia ética, y, sobre todo, de aquellas estructuras cognitivas que le permitirán actuar en el mundo desde la disciplina arquitectónica.

Desde un aspecto ontológico, un arquitecto “hace para ser”, comprende desde su hacer. Por ello acciones como el dibujar/proyectar, actos y acciones de aprehensión, constituyen la ruta a la construcción del ser arquitecto. Todo hacer depende de la voluntad de mantener la acción y repetirla con frecuencia, esa voluntad inicia desde el ser-que-se-piensa-a-sí-mismo, desde la persona que quiere llegar a ser: las obras construidas, en tanto representaciones del acto proyectado, a la vez, construyen al ser arquitecto. Éste no es el mismo antes y después de la obra hecha. Los actos cognitivos iniciales en la ruta de la construcción del ser arquitecto encuentran una verificación rotunda en la conclusión de la obra. Además, podemos decir, la negligencia mata. Una mala actuación del ser arquitecto sin inscribirse en las normas de actuación, pueden provocar incluso desastres. Buena parte de lo sucedido en los sismos recientes dan cuenta de ello.

Una obra de arquitectura está a caballo entre el ser y el deber ser. Por un lado, es un acto individual o colectivo que, al mantenerse en el ámbito cognitivo, pertenece al ser arquitecto; por el otro, la obra se ejecuta de acuerdo a normas, reglamentos, leyes (incluida la ley natural de gravedad), normas técnicas y normas éticas, que constituyen el universo de evaluación de la actuación del ser arquitecto. Aunque sabemos que el deber ser no es constitutivo ni determina el ser filosófico, el ser arquitecto parece regulado por estos cumplimientos, o no, de este deber ser en que se inscribe la obra.

Un ejemplo literario espléndido lo constituye el texto de Italo Calvino: El caballero inexistente. Relata la vida de un caballero medieval que se comporta con las reglas de los Caballeros Cruzados, el deber ser de los caballeros medievales, que buscan reliquias (en este caso el santo grial) y que definían su comportamiento de acuerdo a reglas establecidas, para ser-caballero y hacer lo que se espera de un caballero. Pero nuestro caballero en cuestión se comportaba como caballero, incluso tenía su escudero, pero dentro de la armadura no había nada, no había ser físico, no existía: pura forma vacía. Esta fábula puede ser aplicada para entender el comportamiento y acciones de un ser arquitecto fallido en su formación personal.

La verdadera charla comienza aquí, espero sus comentarios e iniciaremos lo que seguro será una riquísima discusión.

Gracias por su atención

Colegio de Arquitectos de Veracruz-Xalapa

30 de septiembre de 2017

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